La cocina es uno de los lugares en los que más tiempo pasamos. De ahí la trascendencia de encontrar una iluminación que transmita sensaciones positivas. Pero, ¿cómo conseguirlo? Las opciones son ilimitadas. Puedes iluminar las paredes con potentes focos lumínicos o limitarte a resaltar puntuales rincones y accesorios. Puedes elegir estilos lumínicos que combinen con la estética general de la cocina o buscar intensos contrastes. ¿Ambientes fríos o cálidos? Sigue leyendo para descubrir algunas ideas y propuestas al respecto.
- Iluminación de cocina
Encontrar la iluminación de cocina adecuada depende de muchos factores. A continuación, te explicamos algunos de los más importantes.
- Tipo de luz
A grandes rasgos, existen tres tipos básicos de iluminación para la cocina. Toma nota.
Ambiental
La iluminación ambiental es de alcance general para toda la cocina, con una distribución uniforme de los haces de luz. Es la capa lumínica de referencia en la estancia y procede mayoritariamente del techo. Así, podrás disfrutar de un espacio bien iluminado en cualquier punto de la cocina. Puedes conseguirlo con luces colgantes, una opción que te permitirá, a si vez, modular con precisión la incidencia de la luz en la estancia.
Las luces de superficie son características de esta modalidad. Pueden consistir en iluminarias individuales con forma de hongo y bombillas individuales en su interior. Igualmente, pueden ser focos rectangulares con varios tubos fluorescentes. Estos accesorios se instalan directamente en el techo.
Práctica
La iluminación práctica provee de luz para llevar a cabo tareas más específicas, enfocando puntos de trabajo concretos. Probablemente, la encimera es el lugar que más se suele asociar con este tipo de iluminación, aunque también son usuales el horno y el fregadero. Muchos electrodomésticos inteligentes incorporan esta iluminación en su diseño.
La iluminación dirigida hacia estas ubicaciones debe permitirte operar con comodidad y menor fatiga visual. En este sentido, puedes optar por instalar luces debajo de los armarios o empotrarlas encima de la isla o en la despensa.
De acento
La iluminación de acento destaca una zona muy concreta o un objeto culinario específico. Puede provenir de múltiples fuentes, desde un aplique de pared hasta una luz empotrada o de riel.
Puede colocarse en cualquier lugar de la cocina, incluyendo la encimera y la mesa de comer. La principal regla pasa por colocarla a una distancia mínima de 75 centímetros de la superficie, siempre adaptándose a la altura. En función de la estética general, podrás decantarte por combinaciones audaces o ajustar este tipo de iluminación a la predominante en la cocina.
Creación de ambientes
Iluminar una cocina no es solo una cuestión funcional, también puede ser decisiva en la creación de ambientes que influyan en el ánimo de las personas que están en ella. Para conseguirlo, dispones de estos tonos lumínicos esenciales:
Como recomendación general, puedes fusionar ambientes y mezclar estas tonalidades lumínicas en tu cocina. Es, posiblemente, la mejor manera de conseguir una estancia funcional y estética, confortable y vigorizante. Para evitar un efecto visual demasiado rupturista y discordante, no mezcles tonos demasiado opuestos, ya sean fríos o cálidos, siendo preferible que optes por gamas intermedias.
Luces de techo
Como hemos visto, el punto de iluminación fundamental de la cocina es el techo, tanto si la cocina es grande como si es pequeña. Lo idóneo es que instales un foco por metro cuadrado, aunque, si la distancia vertical es más pronunciada de lo habitual, puedes colocar más. Aplica tanto a la luz cálida como a la fría y neutra.
En cuanto a la abertura de los focos, debes buscar siempre la máxima extensión, al menos de 60º. Esto te posibilitará trabajar con el mayor nivel de luz posible, al reducir al máximo la aparición de sombras. Está ganando cada vez más aceptación la iluminación por downlights que puedes empotrar si tienes instalado un falso techo. En el caso de que no sea así, puedes decantarte por una iluminación de superficie.
Si tu cocina tiene forma de isla, te sugerimos agrupar luces colgantes en conjuntos de dos o tres. Así, dispondrás de una óptima visibilidad tanto en el centro de la cocina como en las periferias.
Te recomendamos combinar las luces en el techo con otros tipos de iluminación. Cada parte de la cocina debe tener su propio foco lumínico para mejorar la funcionalidad. En este sentido, puedes adquirir mobiliario que integre iluminación led.
Focos y apliques
En cuanto a los focos y apliques, si buscas una solución a largo plazo, los downlight LED empotrados son una alternativa particularmente recomendable. Por múltiples razones: durabilidad, elegancia, escaso mantenimiento, etc. Y si no quieres hacer molestas perforaciones en el techo, siempre puedes colocar plafones led, que se instalan con facilidad en la superficie.
Otra interesante idea que puede permitirte el potencial de los apliques al máximo es jugar con la luz indirecta. Para ello, puedes utilizar fuentes lumínicas difusas con apliques abiertos por la zona superior. O puedes emplear los focos de forma que la luz rebote contra las paredes.
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